¿Es un pájaro? ¿Es Superman? ¡No, es un «drone»! Vigilancia y nuevas tecnologías en La Araucanía

Por Danae Tapia y Francisco Vera

Aquí falta mayor diligencia para llegar finalmente al resultado que todos buscan, que es la pacificación de La Araucanía”. Con estas desafortunadas palabras, la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, explicaba a los medios el amplio despliegue policial en la región de La Araucanía.

Mientras tanto, extraños avistamientos se producen en la zona de Wallmapu. José Ancalao, líder estudiantil mapuche, ha denunciado a través de su cuenta de twitter que personas de la zona declaran haber visto ‘aviones raros’ sobrevolando el lugar.

Los famosos «drones»

¿Qué son esas extrañas aeronaves que circulan por los cielos de la novena región? Probablemente «drones»: vehículos aéreos no tripulados y controlados a distancia, que pueden ser utilizados en diversas tareas, como la detección de agua, el combate de incendios forestales e incluso el reparto de encomiendas.

Pero el uso que más ha llamado la atención de los servicios policiales y de inteligencia en el mundo, es el de vigilancia. Por sus características, los «drones» son ideales para la recolección de datos a distancia, por lo que en muchos países ya se están exigiendo limitaciones a la información que estos artefactos recaban, en tanto podrían transformarse en una amenaza grave a nuestra privacidad.

Lo anterior porque, en la práctica, un «drone» es una cámara de seguridad con alas, capaz de vigilar y registrar todas las conductas que efectuamos al aire libre. Mediante diversos tipos de cámaras y sensores láser, termales, de ultrasonido y otras tecnologías, los «drones» pueden, incluso, identificar y registrar nuestros rostros, junto a muchos otros datos, en una invasión desproporcionada a nuestro derecho fundamental a la vida privada.

Por su parte, Estados Unidos cuenta con «drones» capaces de bombardear y efectuar asesinatos selectivos, de acuerdo a la inteligencia autónoma del vehículo; tecnología ampliamente cuestionada por razones éticas y denunciada en diversas ocasiones como responsable de la muerte de civiles inocentes, debido a imprecisiones del aparato al momento de identificar “blancos de ataque”.

En Chile

El pasado 27 de diciembre de 2013, el  jefe de la IX Zona Policial de La Araucanía, Nabih Soza, en entrevista con EMOl confirmaba la «llegada de dos aeronaves que permitirán controlar el desplazamiento de personas desde el aire».  La noticia declara que se trata de un tipo de avión vigía, equipado con «una serie de cámaras infrarrojas y termales», capaz de visualizar objetos en movimiento «incluso durante la noche». 

«Es un avión que se está utilizando en la lucha contra el narcotráfico en el norte del país y tiene la capacidad de entregar posiciones georreferenciales de desplazamiento de personas», agregó Soza.

En abril de 2013, la empresa israelí BlueBird Aero Systems, se adjudicó un contrato de tres millones de dólares para proveer al Ejército chileno con sus productos SpyLite mini-UAV y MicroB Micro-UAS. Se trata de dos modelos de micro vehículos aéreos no tripulados, orientados a la vigilancia. Estos «drones» pueden ser transportados en mochilas personales y recolectan “inteligencia visual” a grandes distancias.

De acuerdo a las especificaciones del SpyLite, éste entrega apoyo de video en tiempo real, así como mapeo táctico en espacios abiertos, lo que lo hace idóneo para combates urbanos y conflictos de baja intensidad. Por otro lado, el Micro B destaca por la alta calidad de imagen que entrega en los entornos vigilados y su autonomía permite el seguimiento automático de blancos.

El gerente general de la empresa fabricante, Ronen Nadir, manifestó su satisfacción por haber obtenido la licitación, sosteniendo que se optó por “la mejor opción en términos de performance y precio”. Estos mismos modelos SpyLite y MicroB son utilizados con éxito desde 2006 por el Ejército israelí.

De acuerdo a las características de los «drones» adquiridos por el Ejército chileno y las declaraciones realizadas a la prensa, podemos suponer que estos artefactos serán utilizados para labores de vigilancia, por lo que resulta de particular importancia revisar si la regulación actual en materia de datos personales, aeronáutica y de inteligencia cautela de manera suficiente nuestros derechos frente al uso de estos dispositivos.

Transparencia y desafíos a futuro

Si bien la noticia del acuerdo de provisión de «drones» fue recogida por la prensa nacional, su cobertura se limitó a dar cuenta de la adquisición de estos dispositivos, sin indagar detalles sobre su operación, ni menos el  uso  ni la normativa que rige a estos aparatos en nuestro país.

Dado que los detalles de este acuerdo no son públicos, en ONG Derechos Digitales hemos presentado un requerimiento de transparencia para obtener información concreta respecto a la compra y operación de estos dispositivos.

Por otra parte, también estaremos atentos a los usos y regulaciones respecto a los vehículos aéreos no tripulados. Actualmente  la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) está preparando un reglamento para el uso y operación de «drones», que se espera esté listo este año, y que será clave en limitar los usos civiles de estas naves no tripuladas en nuestro país.

Gracias a Edward Snowden y la labor de diversos activistas alrededor del mundo, el cuestionamiento público sobre el uso de nuevas tecnologías para actividades de vigilancia masiva está en alza. En este contexto, Chile no está exento de problemas, y la adquisición de «drones» para el uso militar y de vigilancia abre múltiples interrogantes sobre el impacto que estos dispositivos pueden tener en nuestros derechos.

El TPP empeorará la protección de la vida privada en Internet

Este análisis es parte de la reacción a la filtración  del capítulo de propiedad intelectual del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica de agosto de 2013, información obtenida por WikiLeaks.

Wikileaks ha revelado recientemente el capítulo de propiedad intelectual del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, un nuevo tratado de libre comercio que es negociado secretamente por el gobierno de Chile, Estados Unidos, Japón y otro puñado de paí­ses. La información obtenida corrobora los temores que habíamos anunciado respecto al derecho a la vida privada en las negociaciones del TPP. Si el gobierno estadounidense ya ha avanzado en destruir la vida privada en Internet para efectos de su seguridad nacional, ahora, a través de TPP,  intenta hacer añicos la vida privada para proteger la propiedad intelectual.

 ¡Ayúdanos a detener esta amenaza!
¡Ayúdanos a detener esta amenaza!

El TPP incrementará la protección a la propiedad intelectual (por ejemplo, ampliando los plazos de protección de las obras) y con ello  las oportunidades para iniciar acciones legales en contra de los supuestos infractores, a través de las cuales se justificará la intrusión en la vida privada de los ciudadanos. Además, el TPP exige la adopción de medidas específicas que menoscaban la privacidad de las personas, por ejemplo, favoreciendo la utilización de tecnologías que controlan el uso de las obras y a los usuarios, como también por medio de normas que obliguen a los prestadores de servicios en línea a identificar supuestos infractores.

El TPP autoriza a los titulares de propiedad intelectual para incorporar medidas tecnológicas en las obras, con el fin de controlar su uso y acceso, tales como un sistema anti-copia de CD o de regionalización de DVD. Más aún, el TPP exige que se imponga sanciones criminales a los usuarios que vulneran dichas protecciones, salvo algunas excepciones. Una de esas excepciones permite vulnerar una medida tecnológica para proteger la privacidad del usuario (Artículo QQ.G.10.d.v).  En otras palabras, si un usuario desea proteger su vida privada, deberá transformarse en un hacker para poder disfrutar de los beneficios de la excepción, haciéndola inútil.

CC BY (marsmet549) SA
CC BY (marsmet549) SA

El TPP exige regular la responsabilidad de los prestadores de servicio de Internet por posibles infracciones a la propiedad intelectual cometida por sus usuarios en línea. Aunque no requiere que los prestadores de servicio monitoreen a los usuarios, tampoco lo prohíbe. En cambio,  exige cooperación entre los prestadores de servicio de Internet y los titulares de propiedad intelectual (Artículo QQ.I.1). Esta cooperación es la que se ha empleado en Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos para fisgonear a los usuarios y desconectar de Internet a los supuestos infractores a la propiedad intelectual, sin juicio.

Este tipo de medidas fueron contempladas en ACTA, un tratado destinado a pelear contra piratas y contrabandistas. Ahora, TPP las emplea indiscriminadamente contra los usuarios y consumidores. Sin embargo, incluso ACTA brindaba alguna protección a la privacidad, presumiblemente por la presión de la Unión Europea al respecto, mientras que TPP elimina toda garantí­a. El mensaje es claro: a los ojos de la propuesta estadounidense, piratas y contrabandistas pueden tener algún derecho, los consumidores y ciudadanos no.

Hasta cierto punto, este tipo de medidas ya está incluido en el tratado de libre comercio que Chile firmó con Estados Unidos (TLC). Sin embargo, el TPP lleva estas medidas todavía más lejos. Primero, al radicalizar aún más que el TLC la protección a la propiedad intelectual. Segundo, al adoptar un régimen más draconiano que el del TLC en cuanto a las medidas de protección tecnológica. Y tercero, al imponer un régimen de responsabilidad de los prestadores de servicio, no sólo de Internet, sino que de todo servicio en línea.

Es de esperar que las autoridades locales de países que tienen estándares de protección de la vida privada más elevados que los estadounidenses presten atención al tema. Es el caso de AustraliaNueva ZelandaMalasiaChile y Perú, quienes podrán rechazar las desproporcionadas aspiraciones estadounidenses en la materia y, de paso, restablecer un adecuado nivel de protección para la privacidad y la información personal de los consumidores y ciudadanos.

¿Disconforme con el TPP? ¡Actúa!

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¿Cómo funciona Internet?

Guía para periodistas que busca indagar los nodos críticos en torno a Internet y que permite comprender de forma práctica cómo se desenvuelven temas tan polémicos como derechos de autor, privacidad, neutralidad en la red y delitos informáticos.

Google y la utilización del perfil de usuarios para fines publicitarios: ¿cómo afecta a la privacidad de los usuarios?

Google puede usar tu imagen y nombre de perfil para publicitar productos a tus amigos. Acá te explicamos de qué se tratan las nuevas condiciones de servicio y también reflexionamos sobre los efectos que tiene en la privacidad de los usuarios.

Por Pablo Viollier, investigador de ONG Derechos Digitales.

Un ejemplo de cómo se expresarían las nuevas condiciones de servicios.
Un ejemplo de cómo se expresarían las nuevas condiciones de servicios.

Hace pocas semanas, los millones de usuarios de Google fueron notificados del cambio en las condiciones de servicio del gigante de Silicon Valley, las que entrarán en vigencia a partir del 11 de noviembre de este año. Estos cambios versan sobre el uso seguro de dispositivos móviles, el debido cuidado de las contraseñas secretas y el nuevo sistema de “recomendaciones compartidas”. Es esta última la más controversial de las nuevas condiciones, pues involucra la posibilidad de que tu nombre y foto de perfil sean utilizados para crear anuncios, reseñas y otros contextos comerciales.

Si bien el uso del nombre y foto de perfil para estos efectos estará limitado a quienes tengan una cuenta de Google Plus, el buscador podrá utilizar información o actividad recabada de todos los servicios de Google. De esta forma, si un usuario que cuenta con un perfil en Google Plus realiza una reseña de una aplicación en Google Play, añade una descripción a una localidad en Google Maps o realiza un “+1” a algún servicio en la red social de Google, esta información, incluida la foto de perfil del usuarios, podrá mostrarse en distintos contextos comerciales o publicitarios.

Un posible escenario es que, calificando con cinco estrellas un disco en Google Play, esto aparezca en la forma de un cuadro publicitario en alguno de los cerca de dos millones de sitios web asociados a la red publicitaria de Google. Del mismo modo, si realizas un “+1” a algún tipo de establecimiento comercial, esta acción puede ser parte de la información desplegada en los resultados de una búsqueda relacionada en el motor de Google.

Es necesario aclarar que estos cambios en las condiciones de servicio no modifican la configuración de privacidad de los usuarios. De esta forma, si el usuario tiene establecido que sólo sus amigos o determinados contactos puedan tener acceso a la actividad realizada en la red social, entonces sólo a ellos estarán dirigidas las recomendaciones comerciales que recaben la información de dicho usuario. Asimismo, Google permite la opción de deshabilitar esta característica (“optout”), impidiendo que el nombre y foto de perfil sean utilizados para estos fines. Del mismo modo, todos los usuarios menores de 18 años quedarán automáticamente excluidos de este sistema.

Google Plus puede ser menos privacidad. Foto CC BY (birgerking).
Google Plus puede ser menos privacidad. Foto CC BY (birgerking).

A pesar de todo lo anterior, a partir de esta nueva política de “endorsement publicitarios”, son varias las interrogantes y posibles escenarios que abren la posibilidad de inobservancia del derecho a la privacidad y a la autodeterminación de los usuarios.

En primer lugar, estos anuncios son sintomáticos de la creciente predisposición de la industria para la recolección masiva de datos en el ambiente digital, tendencia que se ha desarrollado sin ningún tipo de supervisión o regulación apropiada. Por otro lado, los usuarios pueden verse expuestos a situaciones en que sus actividades o reseñas son presentadas de forma descontextualizada o inapropiada y, por tanto, podría significarles perjuicio. No es lo mismo calificar un servicio de forma favorable que desear realizar publicidad en su favor.

Por último, preocupa que el sistema de recomendaciones compartidas no sólo se limite a reseñas y recomendaciones, como lo podría ser el “+1” en Google Plus, que en algún sentido podría interpretarse como una comunicación pública, sino que además se extienda a otras actividades. Si, como el mismo Google ha anunciado, las recomendaciones compartidas utilizarán en contextos publicitarios o comerciales otras actividades que tienen lugar en la red de servicios de Google.

Difícilmente la compra de un producto puede interpretarse como una forma de comunicación pública o recomendación, que de esta forma pueda traducirse sin más a un “endorsement” publicitario. Es más, existen muchos contextos en que una compra online puede estar vinculada al deseo de no querer exponerse a la necesidad de adquirir ese producto de forma presencial.

La situación antes expuesta debe llevarnos a reflexionar hasta qué punto es deseable que el manejo de datos e información pueden ser utilizados para fines distintos a los que gatillaron su producción. Asimismo, debería servir de llamado a los usuarios para que presten especial atención a la configuración de privacidad de sus distintas cuentas online.

El anonimato en Internet también es un derecho

El derecho al anonimato es una de las garantías básicas de la democracia: nos permite expresar nuestras opiniones sin temor a represalias.  Ya sea con fines políticos, críticos, humorísticos o satíricos, históricamente el anonimato ha sido uno de los garantes de la libertad de expresión y en Internet no es diferente.

Pero tal como le ocurrió a nuestros amigos de Loser Power, la policía – u otros agentes, estatales o privados-  puede intentar coartar este derecho. Y no podemos permitirlo: Defender tu anonimato y el anonimato de los otros es también defender la democracia.

#NoTemasaInternet

Ojo con la privacidad en tu celular

Gracias a los smartphones, navegar por Internet dejó de ser una experiencia estática. Pero con la movilidad vienen nuevos riesgos, de los que deberías estar consciente.

Tu ubicación, tus datos sensibles, tu agenda, tus correos electrónicos y otra información importante va contigo a todos lados y es necesario que  la  cuides. Es por eso que hemos preparado esta infografía. Ponle  ojo a tu teléfono y recuerda #NoTemasaInternet.

infografia celular

¿Cómo puedes cuidar tu privacidad en los sitios web?

El derecho a la privacidad en Internet ha sido uno de los temas más discutidos del año. Tras la denuncia de Edward Snowden – que confirma que la NSA y el gobierno estadounidense espían a los usuarios de los principales servicios web –  la forma en la que nos enfrentamos a la red nunca será la misma.

Hacer que el entorno digital sea más seguro es tarea de todos. Como ciudadanos, exigiendo nuestros derechos y mejores legislaciones. Y en tanto usuarios, comprendiendo lo importante que es proteger nuestros datos. Para ello, ponemos a tu disposición una serie de consejos útiles que te ayudarán a cuidar tu información personal.  Y recuerda #NoTemasaInternet

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Entre PRISM y la vigilancia en Internet: por qué debes luchar por tu privacidad

Lo que para algunos hace algún tiempo era solo paranoia, se convirtió en una ineludible realidad. Internet puede ser usada por Estados para vigilar a todos sus ciudadanos, por las más variadas excusas («la seguridad» quizás, la preferida), ignorando derechos fundamentales de los ciudadanos en el camino. Y como si eso fuera poco, muchas de estas actividades dudosamente legales (y ciertamente atentatorias contra nuestros derechos humanos) cuentan con la colaboración de empresas privadas.

CC BY (marsmet549) SA
CC BY (marsmet549)-SA

Pero la vigilancia no es algo que ocurra solamente en gobiernos poderosos, como el de Estados Unidos con el ya famoso caso de Edward Snowden y sus revelaciones sobre PRISM, sino que también es ejercida con escaso apego al derecho por nuestros Estados. Tampoco son  las actividades de recolectar información personal únicamente atribuibles a los gobiernos, ¿o acaso el marketing y muchos de los modelos de negocios actuales con respecto a Internet no se basan en nuestros datos personales, convirtiéndonos en los productos que ellas venden?

La primera reacción de muchos ante estos problemas de privacidad y seguridad online consiste en criminalizar Internet. La red sería un nido de cibercrimen; ninguna interacción por esta vía es segura, salvo que se utilicen los programas de seguridad que algunas empresas alegremente venden. La consecuencia de esta reacción no es solamente la desconfianza a Internet, sino también la renuncia a usarla y contar con muchos de sus beneficios.

La segunda reacción es procurarse y exigir más seguridad, sin abandonar la red. Dejar atrás la pasividad en la recolección y manejo de nuestros datos personales a través de dos medidas: por un lado, utilizar herramientas que den más seguridad en nuestras comunicaciones online y, por otro, exigir a nuestros Estados y empresas respetar nuestro derecho a la privacidad.

La privacidad depende de nosotros
#NoTemasaInternet

Como consigna el libro Criptopunks de Julian Assange, el problema de la primera reacción es que es una forma de autocensura. Te obligas a dejar una plataforma de difusión de ideas y de acceso al conocimiento tan potente como Internet. Y quizás eso sea dar una ventaja demasiado grande a quienes les interesa la inmovilidad social.

La segunda, es una forma más activa de luchar por un derecho tan importante como la privacidad. Se trata de comprender que no hay que temerle a Internet (que no es más que la plataforma) y tener conciencia de cómo nosotros como usuarios podemos ser responsables al momento de cuidar nuestra privacidad y cómo, en nuestro papel de ciudadanos, podemos exigir mejores prácticas y regulaciones en este sentido.

Y éste es el objetivo de esta segunda parte de la campaña de #NoTemasaInternet. En nuestra web encontrarán videos, infografías y más información sobre cómo dejamos atrás el miedo y nos hacemos activos en la defensa de nuestra privacidad en la red.

¡Los invitamos a participar: la privacidad en Internet es también un derecho humano!